Tener una mascota significa procurarle todos los cuidados que necesite, desde la comida hasta el cariño, pasando por las atenciones médicas que precise en ciertas situaciones. Aunque es recomendable acudir al veterinario con cierta frecuencia para que realice un control periódico del estado de salud del animal, también es probable que sufra algunas enfermedades para las cuales la mejor solución sea una intervención quirúrgica.
Es cierto que las operaciones para mascotas no están a la orden del día pero cuando es necesario realizar alguna, tienen un precio bastante elevado al que muchas personas no pueden hacer frente por insuficiencia de recursos. Por ello, es aconsejable contar con un seguro para mascotas a través del cual poder acceder a las garantías más beneficiosas, tanto para el animal como para el dueño. En este tipo de pólizas suele estar incluida la asistencia veterinaria necesaria, ya sea una simple consulta, medicación, pruebas diagnósticas o intervenciones quirúrgicas, entre otros servicios.
¿Cuáles son las operaciones para mascotas que más cuestan?
En comparación con las pruebas médicas comunes, las operaciones para mascotas suelen ser más caras, aunque el precio dependerá de la clínica, el lugar de residencia o el tipo de dolencia. Además, es importante tener en cuenta que en caso de que el animal tenga que ser intervenido, también hay que sumar los gastos de las pruebas de diagnóstico previas, la hospitalización y la medicación.
Así, entre las operaciones más costosas se encuentran:
- Cirugía oncológica (cáncer de mama, de hígado, de piel, etc.).
- Operación de la vista, sobre todo cataratas.
- Cirugía digestiva.
- Cirugía traumatológica, fundamentalmente fracturas, luxaciones, etc.
- Operación de hernias.
- Cirugía del aparato urinario.
- Cesáreas en el caso de las hembras.
- Cirugía odontológica.
El precio de estas intervenciones puede oscilar entre 200 y más de 3.000 euros en función del tipo y de la gravedad del animal.
¿Qué hacer después de una operación a una mascota?
La salud de las mascotas debe ser una prioridad para sus propietarios y por ello, además de costear cualquier intervención quirúrgica, también es recomendable confiar en aquellos centros donde se utilicen las técnicas más avanzadas para que el animal sufra lo menos posible. En este sentido, juega un papel primordial el cuidado postoperatorio que es necesario procurar.
Una vez en casa, se deben seguir al pie de la letra todas las indicaciones y recomendaciones que haya fijado el veterinario. Es muy importante prestar una especial atención a la forma de alimentarlo, la dosis de la medicación o los posibles síntomas anormales que pueda presentar.
Al igual que los humanos, las mascotas también tienen que pasar por un proceso de recuperación después de la operación para ir recuperando su actividad habitual. Por ello, es conveniente que durante los primeros días después de la operación, se acondicione un espacio para que el animal pueda descansar cómodamente. Del mismo modo, también se recomienda hacer hincapié en las labores de limpieza para que el animal no presente ninguna complicación en su recuperación como consecuencia de alguna infección.
Es fundamental que la mascota coma y tome líquido en cantidades adecuadas, vigilando la periodicidad y aspecto de sus heces o cualquier otra anomalía. En el caso de que la intervención haya dejado alguna herida, es conveniente vigilar la zona para comprobar si se inflama, aparece algún moratón, se infesta o se producen secreciones.