El sentimiento de culpabilidad que puede surgir al dejar sola una mascota durante algunos días suele desaparecer cuando se sabe que estará en las mejores manos. Para ello, es indispensable elegir una residencia o guardería canina que ofrezca plenas garantías.
Además, los perros son animales sociales y vivir en una residencia con otros perros pes puede dar la oportunidad de socializarse y pasar el rato con otros de su misma especie. Si bien es cierto, que cada perro tiene su periodo de adaptación, lo normal es que es un par de días consiga adaptarse bien a las rutinas de ejercicio, aseo y alimentación.
Características de una buena residencia canina
- Centro autorizado: el primer requisito que debe cumplir una residencia para mascotas es la posesión de la licencia obligatoria (llamado núcleo zoológico) para que el centro se ajuste a la legalidad. Este permiso es remitido por cada comunidad autónoma y sirve para acreditar que el centro y las instalaciones cumplen con las condiciones mínimas establecidas y que pasan inspecciones periódicas.
- Espacios amplios: es muy importante que la residencia canina cuente con el suficiente espacio para que los animales se puedan mover sin problemas. Además de ello, es fundamental que disponga de una zona exterior por donde el perro pueda pasear y jugar a diario. Las jaulas son uno de los factores más importantes, deben ser individuales, pero algunas residencias permiten la opción de poner a varios perros juntos. También deben tener sombra, techo para resguardarse y un tamaño considerable, así como cumplir con unas condiciones higiénicas adecuadas.
- Instalaciones en buen estado: por un lado, las instalaciones deben contar con una rutina de limpieza diaria y la ventilación necesaria para evitar malos olores y posibles contagios de enfermedades o parásitos. El drenaje es fundamental para la limpieza, y las rejillas deben tener un diseño especial para que las patas de nuestro perro no se queden apresadas. Junto a ello, es fundamental que las instalaciones estén renovadas y ofrezcan todos los servicios necesarios para que las mascotas se encuentren cómodas.
- Personal cualificado: aunque a priori no se necesita ninguna especialización para cuidar de un animal, es interesante que en la residencia canina trabaje personal capacitado para tratar de forma adecuada a los animales en caso de que surja algún problema.
- Vigilancia continuada: dado que las mascotas pueden cometer una trastada en cualquier momento o pelearse con otros animales, la vigilancia en el centro debe ser continua. De este modo se puede controlar lo que sucede a cualquier hora, sobre todo durante la noche. Es interesante tener en cuenta que algunas residencias para mascotas ofrecen la posibilidad de ver en directo al animal a través de una aplicación en el teléfono móvil.
- Alimentación adecuada: la comida y el agua son dos cuestiones fundamentales en el cuidado de una mascota. Por ello, es necesario informarse previamente en la residencia canina sobre cuál es la dieta que se sigue y la frecuencia con la que suelen tomar líquido los animales. También es aconsejable confirmar que el perro recibirá los alimentos adecuados en función de su edad, tamaño o peso, así como si padece algún tipo de alergia o intolerancia alimenticia.
- Rutinas de ejercicio: asegúrate de que cuentan con un espacio exterior considerable y adecuado. Así como los criterios de pasear a los perros (por edad, tamaño, sexo…).
Al contar con un seguro de mascotas, a través del servicio de consultorio telefónico es posible obtener información sobre residencias caninas y otros muchos datos de interés que serán de gran ayuda para tomar la decisión más acertada.