Para los mininos, las actividades más importantes son comer, dormir y jugar. En el momento en el que alguna de estas acciones experimente algún cambio, es bastante probable que el gato esté enfermo. Al igual que cualquier otro miembro de la familia, es crucial prestar atención a su estado de salud para llevarle cuanto antes al veterinario. No obstante, es aconsejable programar una visita cada cierto tiempo a este especialista con el objetivo de evitar posibles enfermedades.
Entre los principales síntomas que se pueden considerar para saber si un gato está enfermo se encuentran ciertos cambios en su comportamiento habitual, como por ejemplo comer menos, estar apáticos o dormir más horas. Es recomendable realizar una detección precoz en el momento en el que aparecen los primeros indicios de dolencias para que no se desarrollen hacia consecuencias más graves. En este sentido, no hay que olvidar palpar el cuerpo del animal de forma periódica para asegurarse de que no tiene ningún bulto o quiste, sobre todo en el caso de las gatas.
Signos y síntomas de enfermedades en un gato
- Una de las claves para saber si un gato está enfermo es prestar atención a su aspecto general. Si se muestra decaído, lo más probable es que la causa sea alguna afección.
- Si la mascota tiene vómitos o diarreas durante más de un día, no se recomienda esperar más tiempo para visitar al veterinario.
- Es bastante habitual que estos síntomas vayan acompañados de fiebre, por lo que conviene controlar la temperatura del gato cada hora aproximadamente. En caso de que el termómetro marque más de 39 grados, la situación puede considerarse como grave.
- Otra señal muy común de los gatos enfermos es el abdomen hinchado, junto con dificultad para defecar o la aparición de sangre en su orina.
- En ciertas ocasiones, las dolencias en este tipo de mascotas se pueden identificar por el aspecto de su pelaje que se queda sin brillo o comienza a caerse.
- Uno de los signos inequívocos de que el gato está enfermo es la pérdida de peso repentina o de forma gradual. En el supuesto de notar alguna variación sustancial en su físico, conviene controlar su peso una vez a la semana para comprobar si continúa adelgazando o ha sido algo puntual.
- Los ronroneos de los gatos son su forma de transmitir que están felices o enfadados, aunque si el sonido es muy fuerte, puede significar que no se encuentra bien.
- A través del aliento también se puede determinar una afección. Si se caracteriza por un olor maloliente, existen altas probabilidades de que padezca algún problema dental, estomacal o incluso diabetes.
- Cuando los gatos se rascan mucho y con demasiado ímpetu, puede ocurrir que tenga algún tipo de parásito en su piel, ya sean pulgas, garrapatas, etc. En caso de que sea así, para evitar que sufra estas molestias en el futuro, el mejor remedio es colocar un collar antiparásitos. También es posible que presente dermatitis o alguna alergia.
- Un gato enfermo suele mostrar un carácter más agresivo e irritable como consecuencia del malestar físico.
- En el caso contrario de la inapetencia, es probable encontrarse con un gato que beba agua en exceso. Cuando esto ocurre, es un síntoma claro de que sufre deshidratación o alguna patología grave.
- Al igual que los humanos, los gatos también pueden desarrollar algún bulto que en el peor de los casos llega a supurar y origina un dolor intenso. Esta señal puede deberse a algún problema interno o bien a la infección de un arañazo u otra marca en la piel.