Las averías mecánicas, eléctricas o electrónicas pueden provocar graves daños, hasta tal punto que sea imposible utilizar el coche de forma temporal o definitiva. Por norma general, su reparación está asociada a un importante desembolso económico, por lo que en muchas ocasiones suele surgir la duda sobre si los seguros a todo riesgo cubren este tipo de inconvenientes.
Estos desperfectos no suelen estar originados por la antigüedad del vehículo o los kilómetros que haya recorrido, así como tampoco por un accidente de circulación. El motivo suele ser un fallo del fabricante o una rotura que se produzca de forma imprevista, por lo que demostrar las causas o por qué ha ocurrido suele ser bastante complicado. Esto implica que además de la mano de obra necesaria para solucionar el problema y los gastos de sustitución de las piezas, también sea preciso sumar los recursos empleados para detectar el problema y realizar las pruebas que correspondan.
Las averías en el seguro a todo riesgo
La contratación de un seguro a todo riesgo es la mejor forma de proteger un vehículo con las coberturas más completas. Sin embargo, el hecho de suscribir esta póliza no significa que no existan ciertas exclusiones en las condiciones generales y particulares. Aunque depende de la política de cada aseguradora, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, las averías mecánicas o de otra clase no están incluidas entre las garantías.
Para evitar malos entendidos, lo más común es que en las condiciones del contrato del seguro se especifique la exclusión de las averías y sus consecuencias. Por lo tanto, a la hora de suscribir un seguro a todo riesgo es fundamental leer la letra pequeña para saber con total exactitud cuál es el alcance de las coberturas que se contemplan.
Las cubren los daños propios del vehículo asegurado, siempre que se hayan producido como consecuencia de un accidente de tráfico. A pesar de ello, puede darse la circunstancia de que aparezcan al mismo tiempo desperfectos por un siniestro ocurrido y averías mecánicas que ya existían o que se produzcan en ese momento. En este caso, los peritos suelen diferenciar ambos tipos de problemas para determinar claramente hasta dónde alcanza la responsabilidad de la aseguradora. Además de la cobertura de daños propios del coche, los seguros a todo riesgo también cubren la rotura del parabrisas y las lunas, más los desperfectos ocasionados en el vehículo por incendio, cortocircuito o combustión. Asimismo, es importante mencionar la asistencia en viaje en caso de producirse una avería en el coche, tanto en desplazamientos dentro como fuera del territorio nacional..
¿Cómo cubrir las averías mecánicas?
En el caso de los coches nuevos no hay de qué preocuparse si el seguro a todo riesgo no cubre las averías, ya que los fabricantes están obligados por ley a ofrecer una garantía mínima de dos años. Si el vehículo es de segunda mano, este periodo se reduce a un año.
A partir de ahí, para que el coche no quede totalmente desprotegido frente a las averías mecánicas, electrónicas o eléctricas, existen seguros específicos para este tipo de daños que se pueden contratar de forma independiente a la póliza convencional.
Se denominan seguros de daños por avería mecánica o seguros de garantía mecánica y las coberturas se suelen centrar en las piezas más importantes del conjunto, como el motor, el circuito de frenos, la dirección, el chasis, etc.