Todo el mundo sabe que contar con un buen seguro es la mejor manera de protegerlo, pero a la hora de elegir la póliza perfecta, el vocabulario técnico que se utiliza en ellas puede resultar muy confuso a la hora de elegir la mejor protección. Uno de estos conceptos es el continente a primer riesgo, te contamos qué es y cuándo es recomendable contratar esta cobertura.
¿Qué significa “continente a primer riesgo”?
En primer lugar, es necesario saber que el continente se refiere a los elementos estructurales y materiales que forman parte de la construcción de la vivienda, es decir, paredes, tuberías, azulejos, ventanas… Así, el continente a primer riesgo es una modalidad de seguro que garantiza la indemnización hasta un límite establecido de antemano en lugar de asegurar todo el valor del continente. Es decir, la aseguradora solo te indemnizará atendiendo a dicho valor, si este se supera, el pago del mismo correrá de parte del asegurado. En el extremo opuesto se encuentran los seguros tradicionales a valor total, donde se asegura el 100% del inmueble.
Además de saber qué hacer en caso de incendio en la cocina y en casa, también es fundamental contar con un seguro de hogar que incluya entre sus coberturas, una específica que cubra los daños materiales en caso de incendio. Como los seguros de Hogar de MAPFRE, que incluyen la cobertura de incendio y daños eléctricos.
¿Cuándo es recomendable contratar continente a primer riesgo?
Este tipo de seguro suele contratarse en situaciones muy concretas, aunque por supuesto, la decisión última depende de cada persona. En cualquier caso, la mejor opción es que analices la situación e identifiques tus necesidades para evitar llevarte sorpresas en caso de siniestro. No obstante, contratar continente a primer riesgo puede ser una buen decisión en algunos casos.
- Comunidades de propietarios: en el caso de que el edificio ya disponga de un seguro para cubrir las zonas comunes (escaleras, tejados, fachada), puedes optar por un seguro a primer riesgo para cubrir exclusivamente tu vivienda o las mejoras realizadas dentro de ella.
- Viviendas de lujo o inmuebles de alto valor, para asegurar elementos como obras de arte o sistemas de seguridad sin necesidad de cubrir toda la propiedad.
- Como inquilino, puedes asegurar algunos de tus bienes al margen del seguro que pueda tener contratado el propietario, y así asegurarte de que cualquier reparación que necesites se realizará con rapidez.
- Segundas residencias como viviendas vacacionales o de uso ocasional, porque permite proteger los elementos esenciales sin necesidad de asegurar el valor total del inmueble.
Ventajas y limitaciones del continente a primer riesgo
Elegir esta modalidad tiene una serie de ventajas y limitaciones que debes conocer para poder decantarte por él y saber si verdaderamente encaja con tus necesidades.
Ventajas
Ofrece una cobertura personalizada lo que es una buena opción cuando no es necesario cubrir el 100% del continente, por otro lado, esto hace que el importe de la prima se reduzca ya que no se asegura el valor total del inmueble, solo una parte.
Limitaciones
En el caso de que los daños superen el importe asegurado, la diferencia deberá ser asumida por el propietario. En este sentido, la mejor opción es analizar de manera exhaustiva cuáles son los riesgos del continente y cuál es su valor real, de esta forma evitará quedarse desprotegido en situaciones que pueden acarrear un coste importante.
Diferencias entre continente a primer riesgo y otros seguros de hogar
Como ya hemos visto, los seguros a primer riesgo se diferencian de los seguros a cobertura total en el alcance de la cobertura en caso de siniestro. Con los seguros de hogar a cobertura total, que son los más conocidos, se asegura el 100% del valor del continente, lo que garantiza la cobertura completa en caso de siniestro. Aunque ofrece mayor tranquilidad, su coste es más elevado.
Por otra parte, con el continente a primer riesgo se asegura un importe fijo, lo que reduce el coste anual de la primera y es ideal para cubrir riesgos específicos. También se evita el infraseguro, que ocurre cuando el valor asegurado es menor al real y la indemnización se reduce proporcionalmente, y el sobreseguro, que implica pagar por una cobertura innecesariamente alta por tu póliza.