En muchas ocasiones, sólo nos acordamos de este aparato cuando llega el invierno y es momento de ponerlo en marcha. Por este motivo, es habitual que se estropee cuando más lo necesitamos. Así, entre los diferentes motivos para realizar una inspección regular de la caldera se encuentran:
- Aunque pensemos que el mantenimiento periódico de la caldera supone un desembolso importante, lo cierto es que supone una inversión de futuro, ya que en caso de no realizar la revisión, los costes de reparación de averías son mayores.
- Una caldera a punto es señal de que funciona correctamente, tanto para calentar el agua como para la calefacción, y esto repercute en un consumo eficiente.
- Las inspecciones de las calderas alargan su vida útil, debido a que se reduce la acumulación de impurezas en los diferentes elementos, que causan múltiples averías y afectan a su rendimiento.
- Una caldera en perfecto estado previene la propagación de monóxido de carbono, un gas con un nivel de peligrosidad bastante alto.
¿Cuándo hay que realizar el mantenimiento de la caldera?
Según el Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios es obligatorio revisar la caldera de gas cada dos años o si se trata de un calentador de agua, cada 5 años. Esta inspección no tiene que ser realizada necesariamente por la comercializadora de gas, sino que el usuario puede elegir también que la haga el fabricante de la caldera o cualquier otro profesional autorizado. En este sentido, debe ser el particular quien se encargue de estar pendiente de la fecha de la próxima revisión.
Este mantenimiento de la caldera sirve para confirmar la eficiencia energética y asegurar que las emisiones de gases no sean superiores a lo permitido. Con este tipo de revisiones, los habitantes de una vivienda tienen garantizada la seguridad del sistema y como consecuencia su tranquilidad.
También hay que especificar que cuando se trata de una caldera de gasóleo, las revisiones se deben realizar de forma obligatoria cada año, aunque este periodo puede ser inferior si lo indica el fabricante en el manual de mantenimiento.
De forma paralela, las empresas distribuidoras de gas también están obligadas a realizar una comprobación cada 5 años (en el País Vasco son 4 años) para verificar que las instalaciones se encuentran en buen estado y que no hay ningún peligro. En este caso, un técnico de la compañía en cuestión se desplazará al domicilio, algo que se tendrá que comunicar con al menos 5 días de antelación.
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Conociendo esta información, conviene asimismo seguir algunas recomendaciones para evitar posibles fraudes en el mantenimiento de la caldera. Por ello, es aconsejable no dejar entrar en casa nunca a nadie que no se presente perfectamente identificado y al mismo tiempo, tampoco es conveniente realizar ningún pago a la persona que realiza la revisión de la instalación del gas, ya que por norma general se suele abonar en la factura del próximo mes. Además, es importante contar siempre con un seguro de hogar que asuma la reparación de los daños materiales en caso de producirse un incidente.