En el día a día de una vivienda puede ocurrir un sinfín de siniestros que, aunque no provoquen un daño demasiado grave, originan un contratiempo en la vida diaria. Por ello, un seguro de hogar es una opción idónea para cubrir muchas de las circunstancias a las que se encuentra expuesta una casa. Además de contratar las coberturas básicas, siempre es conveniente ir un paso más allá e incluir otros servicios, como por ejemplo los que cubren el menaje del hogar, para que tanto el contenido como el continente estén protegidos por completo.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el continente hace referencia a la estructura y construcción del inmueble y por otra parte, el contenido alberga todos los bienes que se encuentran en el interior. Por norma general, suelen surgir muchas dudas en relación a qué objetos se pueden incluir en el seguro o cuáles quedan cubiertos en el caso de producirse un determinado incidente.
A grandes rasgos, en el contenido se deben incluir todos los bienes que conforman una vivienda, así como las pertenencias que sean propiedad del asegurado y del resto de personas que habitan la casa de manera habitual.
¿Qué posición ocupa el menaje del hogar dentro de un seguro?
Centrándonos en el contenido de un seguro de hogar, el valor del mismo se ha de calcular anotando todos los objetos que conforman cada una de las habitaciones y que puedan ser susceptibles de sufrir daños en caso de incendio, inundación o cualquier otro siniestro. De esta forma, si llegara a producirse un accidente en la vivienda, la póliza cubre la reposición del bien o el arreglo.
En este inventario que debe ser lo más completo posible, es muy importante no olvidarse de aquellas pertenencias que, aunque no tienen un gran valor económico, juegan un papel fundamental en la rutina de una casa. Así, es fundamental recopilar todo el mobiliario, donde además de los electrodomésticos, muebles, equipos de sonido e imagen, también se encuentra el menaje del hogar.
Igual de importante es asegurar la ropa, los alimentos y otros objetos personales que se encuentren en el interior de la vivienda o en otros espacios que también queden bajo el amparo del seguro, como pueden ser un trastero o un garaje.
Aunque la prima de la póliza está directamente relacionada con los bienes que se incluyen en el contrato, otra categoría que conviene considerar es la relativa a las cosas que tienen un valor especial, tanto económico como emocional. Por ello, en los seguros de hogar es posible declarar obras de arte, joyas, colecciones, libros, etc., aunque para percibir una indemnización en caso de siniestro, es necesario haber notificado previamente a la compañía aseguradora que se trata de bienes especiales.
A diferencia del menaje del hogar y el resto del mobiliario, estos objetos de gran valor reciben un trato diferencial en el momento de contemplarlos en la póliza. Aunque depende de la política de cada aseguradora, en ocasiones es necesario que estén almacenados dentro de una caja fuerte en la vivienda. Asimismo, es bastante común la tasación previa de estos bienes para realizar una estimación más precisa sobre el valor asegurado.
Por último, para contar con la máxima protección es preciso informar a la compañía de los nuevos bienes que se vayan adquiriendo con el paso del tiempo y que puedan variar sustancialmente el contenido indicado en un primer momento.