Existen muchas dudas sobre cuál es la cantidad de agua recomendada al día para evitar consecuencias negativas. Aunque se puede establecer un número de litros a nivel general, es muy importante considerar las características de cada persona, así como el clima del lugar donde viva.
El agua es uno de los principales componentes del organismo y depende del mismo para sobrevivir. Además, el agua aporta múltiples beneficios para la salud, entre los que destacan:
- Eliminación de toxinas
- Mantener una temperatura corporal estable
- Favorecer la circulación
- Permitir que los nutrientes se asimilen más rápido
- Lubricar las articulaciones
- Proteger los órganos para que funcionen correctamente, etc.
¿Cuántos litros de agua se deben tomar al día?
A nivel general, es recomendable ingerir entre 1,5 y 2 litros de agua al día. No obstante, esta cantidad se debe aumentar en verano o cuando se realice algún deporte. También hay que tener en cuenta el tipo de metabolismo, así como las circunstancias particulares, como por ejemplo si se está embarazada o en época de lactancia.
Dentro de esta recomendación se incluyen los líquidos que provienen de otras bebidas y de los alimentos. Por lo tanto, a la hora de beber agua directamente, es importante considerar que un 20% de la cantidad recomendada al día está incluida en la dieta habitual.
El organismo está perdiendo agua constantemente, aunque no nos percatemos de ello. Junto a la orina y el sudor, otras vías de eliminación de líquidos son la respiración y la evacuación de las heces. Por lo tanto, para que el cuerpo funcione de manera adecuada es preciso restablecer los niveles de agua a través de la ingesta progresiva durante las 24 horas.
Además de mantener una hidratación continua durante todo el día, es aconsejable incrementar el consumo antes, mientras y después de practicar ejercicio físico. Lo mismo ocurre cuando las condiciones del clima son demasiado húmedas o hace mucho calor, así como cuando se padece alguna afección que provoca que el cuerpo se deshidrate, como por ejemplo la diarrea o los vómitos.
Es muy importante no esperar a tener sed para beber agua, ya que esta sensación aparece cuando el cuerpo está empezando a deshidratarse. Lo más recomendable para cumplir con la cantidad de agua recomendada al día es llevar siempre una botella consigo y sustituir en la medida de lo posible los refrescos por el líquido sin olor, color ni sabor por excelencia.
Agua recomendada según la edad
En el caso de los niños es muy importante controlar la cantidad de agua que toman al día. Durante la edad infantil, el organismo es más vulnerable a sufrir trastornos de temperatura que afectan a la capacidad cerebral.
- Hasta los 8 o 9 años aproximadamente, es aconsejable tomar 1,5 litros de agua al día. A partir de esta edad, el consumo se debe incrementar hasta los 2 litros diarios. Es fundamental que los pequeños tomen líquido pese a no tener sed, ya sea a través de la ingesta de agua o de otros alimentos, como sopas, frutas, zumos, etc.
- En el caso de las personas mayores, es necesario tomar la misma cantidad de agua recomendada al día a nivel general. Se debe tener en cuenta que una falta de líquido durante un tiempo prolongado puede ocasionar diferentes enfermedades. Estas se suelen agravar según el estado de salud en el que se encuentren los ancianos.
En caso de duda lo mejor es que consultes con tu médico, para lo cual contar con un seguro de salud MAPFRE puede ayudarte, ya que contamos con numerosas ventajas como la videollamada, consulta telefónica o siempre podrás asistir a un centro médico de MAPFRE.
Problemas por beber agua en exceso
No llegar a beber la cantidad de agua recomendada al día causa deshidratación, cuyos principales síntomas son el cansancio y la falta de energía. Sin embargo, hay que tener en cuenta que beber agua en exceso también puede ser perjudicial para la salud.
Entre las principales consecuencias que provoca una ingesta desmesurada de este líquido se encuentran el insomnio con motivo de la necesidad de orinar constantemente, hiperhidrosis o sudoración extrema, o alteración del equilibrio de las sales del cuerpo, entre otras.