Una de las áreas de la vida que más importancia tiene es la que tiene que ver con la sanidad. Llega un momento en el que es necesario valorar cuál es la mejor cobertura sanitaria para nosotros o para nuestra familia: sanidad pública o privada.
En España, tal como en otros países, los residentes tienen derecho a disponer de la asistencia sanitaria pública. Sin embargo, con el paso de los años y el aumento del poder adquisitivo de la población, ha ido creciendo la demanda -y por tanto la oferta- de la sanidad privada.
Recursos de la sanidad privada y pública
Teniendo en cuenta que existen estas dos opciones, es importante valorar ambas para saber cuál se adecúa mejor a nuestras necesidades. Primero, hay que tener en cuenta que los medios de los que dispone la sanidad pública no son los mismos de los que dispone la privada y que además estos medios son adquiridos con propósitos diferentes.
La asistencia sanitaria pública se financia a través de los impuestos que pagan los ciudadanos. Este dinero, que es un importe retenido de los ingresos de las personas, sirve para pagar los sueldos de los empleados sanitarios y para financiar proyectos independientes.
Por su parte, la asistencia sanitaria privada se financia por un pago que acuerdan los beneficiarios. El precio de este servicio podrá variar dependiendo de la cobertura que elija cada persona. El servicio privado es más costoso que el público, pero en este caso si cuentas con un Seguro de Salud MAPFRE podrás elegir el tipo de cobertura y tratamiento que decidas en la sanidad privada.
Hospitalización pública y privada
En este caso, ante un ingreso hospitalario podrás disponer de una habitación individual, de una cama supletoria para un acompañante, aire acondicionado en la habitación, entre otras comodidades. Esto no sucede en la sanidad pública. Si requieres de hospitalización, en la mayoría de los casos deberás compartir habitación con otro paciente y esto puede dar lugar a molestias para ti y tu acompañante.
Operaciones y listas de espera
Otro aspecto a considerar al momento de elegir entre la sanidad pública o privada tiene que ver con el tiempo. Esta es quizá la principal desventaja del servicio público. En este caso es común que haya largas listas de espera para intervenciones quirúrgicas, así como para obtener los resultados de alguna prueba. Incluso es posible que para pedir una cita el tiempo de espera sea de hasta el doble del que se necesita en la sanidad privada.
Esto sucede porque los servicios de la sanidad pública suelen estar más saturados, especialmente los de urgencia.
Elección de médicos
Además, si quieres visitar a un especialista primero tendrás que pasar un primer filtro con tu médico de cabecera y será éste quien posteriormente te derivará con el especialista que necesites.
Como contraparte, en la sanidad privada podrás escoger directamente el médico especialista que quieres que te atienda. Al ser un servicio de pago hay menos listas de esperas: Cuando pides una cita esta no suele tener demora y cuando se trata de entrega de resultados de análisis y pruebas, estas suelen estar disponibles de forma rápida.
Sin embargo, hay un aspecto en el cual la sanidad pública supera con creces a la privada. Y es cuando se trata de enfermedades con complicaciones serias o de enfermedades crónicas donde se necesita de tratamientos de larga duración. En estos casos la sanidad privada suele derivar a sus pacientes al servicio público. Las razones son varias.
En algunos casos, la recurrencia de una enfermedad crónica amerita un seguimiento profesional de por vida, algo que resulta más llevadero a través de un historial médico conocido por el médico de cabecera de la sanidad pública.
Costes
Por otro lado, si estás pensando en optar por la sanidad privada, debes tener en cuenta que el gasto puede ir más allá del pago mensual. En el sistema de salud del sistema privado existen servicios con copago. Esto significa que, además de la cuota mensual, tendrás que hacer un pago en cada consulta.
En todo caso siempre podrás optar por un servicio combinado. Cada servicio puede llegar a ofrecer beneficios distintos dependiendo de lo que necesites en cada momento. Solo recuerda que antes de contratar una póliza debes prestar mucha atención a las condiciones para asegurarte de que de verdad va a ser conveniente a corto, medio y largo plazo.