Para disfrutar de una buena salud bucodental se hace imprescindible cepillar los dientes un cierto número de veces al día, en concreto lo más recomendable es tres veces, después de cada comida. Sin embargo, a pesar de realizar este mantenimiento de la boca, también es necesario acudir al dentista cada cierto tiempo para hacer una limpieza bucal.
El principal objetivo de este tipo de tratamientos que realiza un odontólogo o un higienista dental es eliminar el sarro que se va acumulando en la boca y que un cepillo de dientes normal no es capaz de quitar. De esta forma, también disminuyen las manchas del esmalte dental, se reducen las probabilidades de que aparezcan caries y se pueden prevenir ciertas enfermedades como por ejemplo una periodontitis o la pérdida de algunas piezas dentales.
Es importante destacar que una limpieza bucal no es lo mismo que un blanqueamiento dental. En este último caso se trata de un procedimiento cuyo último fin es estético y que normalmente se realiza después de haber realizado una limpieza dental en profundidad.
Tiempo aconsejable para realizar una limpieza dental
Para saber cada cuánto tiempo es necesario hacer una limpieza dental, hay que atender a las recomendaciones de los profesionales que establecen como regla general una vez al año como mínimo aunque según la mayoría de nosotros nos acordamos de ello cuando ya ha pasado más tiempo.
No obstante, este periodo puede ser menor en función de cada persona y su predisposición a acumular sarro en los dientes. Así, debe ser un profesional el que valore sobre la necesidad o no de realizar una limpieza bucal, ya que existen zonas que no podemos ver a simple vista si se encuentran limpias.
Además, hay que tener en cuenta que si existen antecedentes de enfermedades bucodentales o si se fuma con frecuencia, es recomendable reducir el periodo de 6 meses para realizar estas limpiezas dentales con mayor frecuencia.
¿Cómo se hace una limpieza bucal?
En cualquier caso, se trata de un tratamiento, que aunque puede generar ciertas molestias o sensibilidad mientras se realiza, es indoloro y no requiere anestesia. Como paso final, después de haber retirado el sarro, se pulen los dientes para mejorar su aspecto.
Es probable que durante los días siguientes a la limpieza bucal, notemos las encías más sensibles a los cambios de temperatura, pero es algo que entra dentro de la normalidad y que no afecta al hecho de poder comer o beber igual que antes.
No olvides que las limpiezas bucales son un procedimiento que se realiza para favorecer la salud de la boca y mejorar la higiene. Por ello, si cuentas con un seguro dental, no dudes en acudir a tu dentista de confianza para hacer este tipo de tratamientos.