Quizás padeces alguna fobia y no lo sabes, o lo que es lo mismo, el miedo que te inunda cada vez que piensas en ir al dentista. Esta fobia provoca que los pacientes vayan retrasando su visita al odontólogo hasta que se producen problemas bucodentales graves que obligan a pedir cita cuando la salud ya se ha visto comprometida.
Entre las principales causas que están detrás de ponerse nervioso en el dentista se encuentra la aversión ante todo lo que rodea a la clínica, como por ejemplo el olor, los instrumentos que se utilizan, las agujas, etc. Aunque también, en muchas ocasiones, una persona que tiene miedo a someterse a una revisión dental puede haberlo desarrollado por una mala experiencia en el pasado, que le haga asociar los conceptos de dentista y dolor.
En cualquier caso, estos especialistas cada vez utilizan técnicas más avanzadas que transforman una experiencia considerada como desagradable en otra mucho más relajada e indolora.
Consejos para no ponerse nervioso en el dentista
- Lo más importante para evitar los nervios que supone ir al dentista es encontrar un profesional que nos genere confianza. Si cuentas con un seguro dental, tienes la posibilidad de elegir médico entre una lista que encontrarás a tu disposición. En este sentido es fundamental que el odontólogo hable de una forma sencilla y tranquilizadora, y que al mismo tiempo sepa escuchar tus necesidades e inquietudes para ofrecerte el servicio que mejor encaje contigo.
- La mejor técnica para superar esta fobia es precisamente acudir al dentista. Una vez que las visitas se han convertido en rutinarias, la ansiedad que aparecía con solo pensar en ello, desaparecerá.
- En cualquier caso para estar mucho más tranquilo durante la revisión bucodental, también es aconsejable realizar respiraciones profundas y lentas para reducir los nervios que se puedan tener ante esta situación.
- Elige un horario para acudir al dentista que no te provoque un estrés añadido. Lo más recomendable es a primera hora de la mañana para evitar pensar durante todo el día en lo inevitable y al mismo tiempo, para que no haya demasiada gente en la consulta.
- En el caso de que tengas que esperar para ser atendido, es conveniente distraerse durante ese rato leyendo alguna revista, escuchando música o cualquier otra actividad que nos abstraiga del momento.
- Es importante que si es la primera vez que acudes al odontólogo después de bastante tiempo, la consulta sea como una especie de toma de contacto en la que el especialista simplemente se limite a realizar una inspección del estado de la boca. Si fuera necesario efectuar algún tratamiento, convendrá hacerlo en una segunda cita.
- Hay que tomar conciencia de los motivos que provocan tal nerviosismo para analizar la situación y ser consciente de cómo podemos superarlo.
- Es recomendable prepararse mentalmente para ir al dentista lo más relajado posible y quitar hierro al asunto. Es fundamental pensar que la cita con este tipo de médicos contribuirá a mejorar nuestra salud bucodental, tan importante en nuestra vida.
- Pedir a un amigo o familiar que nos acompañe también es una opción para sentirnos más calmados.
- En el caso de que los nervios de ir al dentista sean irremediables, en la actualidad existen multitud de formas de sedación que no conllevan ningún peligro. Puedes comentar tu miedo con el dentista y éste te ofrecerá las posibilidades que tienes a tu alcance para superar la cita casi sin apenas darte cuenta.