Cuando se planean unas vacaciones, no se suele pensar en que puede ocurrir algún incidente o contraer alguna enfermedad durante los días de descanso. Sin embargo, esta posibilidad está latente y es fundamental viajar con una total protección gracias a la asistencia sanitaria en el extranjero que brinda MAPFRE.
¿Cómo acceder a la asistencia médica en el extranjero dentro de la Unión Europea?
En caso de sufrir un percance o ponerse enfermo durante un viaje a algún país de la Unión Europea, es recomendable llevar la Tarjeta Sanitaria Europea que cubre cualquier problema de salud durante una estancia temporal en cualquiera de los países miembros. Este documento se puede solicitar directamente en la Seguridad Social, bien a través de Internet, por teléfono o de forma presencial.
Su coste es gratuito y aunque existen algunas webs que ofrecen su expedición, lo más recomendable es confiar siempre en el organismo público. De igual modo, aunque esta tarjeta permite el acceso a los servicios médicos, es importante tener en cuenta las restricciones que se establecen en los diferentes países, como por ejemplos aplicación de copagos en algunos países.
Limitaciones de la asistencia sanitaria
Existen ciertas limitaciones a la hora de beneficiarse de la asistencia sanitaria en el extranjero, como por ejemplo en el caso de los usuarios desempleados que tan solo pueden obtenerla durante un periodo de 15 días. Además, este documento no aplica en los casos de salvamento y repatriación, así como tampoco para recibir tratamientos en la sanidad privada u otros programados.
En estos casos, contar con un seguro médico de salud que cubra fuera de España es la mejor decisión para viajar con la protección más completa. De esta forma, se pueden cubrir las deficiencias que tiene la Tarjeta Sanitaria Europea a nivel asistencial ante cualquier circunstancia.
¿Cómo recibir asistencia sanitaria en el extranjero fuera de la Unión Europea?
En el caso de que el periplo se realice a un país fuera de la Unión Europea, es esencial contratar un seguro de viaje donde se incluya una completa cobertura médica. Esta es la forma más adecuada de estar protegido frente a posibles situaciones no deseadas que estén relacionadas con la salud.
Hay que tener en cuenta que, en muchas regiones, los gastos de hospitalización o tratamiento médico son muy elevados debido a sus políticas de sanidad privadas. Por ello, es conveniente que la póliza contemple los siguientes supuestos:
- Enfermedad o accidente.
- Prolongación de la estancia y repatriación.
- Desplazamiento y alojamiento de una persona que acompañe al asegurado.
- Transporte o repatriación del fallecido y sus acompañantes.
- Retorno anticipado del asegurado por muerte u hospitalización de algún familiar o por siniestro grave en su residencia habitual, así como por cualquier otra situación excepcional.
Si la planificación del viaje incluye la visita a varios países, se debe verificar que el seguro médico en el extranjero ofrece protección en todos ellos, así como durante los desplazamientos según lo que establezcan las condiciones legales. También conviene examinar si la póliza establece alguna limitación en el caso de realizar actividades consideradas de riesgo, como submarinismo o trekking, por si surge algún incidente durante su práctica.
En cualquier caso, además de contratar un seguro de viaje, también es fundamental llevar un pequeño botiquín en la maleta. En el supuesto de sufrir alguna dolencia crónica, para evitar problemas en los controles del aeropuerto con los medicamentos específicos, se debe adjuntar la receta, el informe médico y transportar las medicinas siempre en sus envases originales.