Si quieres visitar una isla pero al mismo tiempo deseas hacerlo en tu propio vehículo, la solución más viable es realizar el viaje en ferry. Esta alternativa permite desplazarse surcando los mares y disfrutar al mismo tiempo de la libertad de movimientos y confort que ofrece el coche. Aunque se pueda estar pensando en la posibilidad de alquilar uno al llegar al punto de destino, en muchas ocasiones el precio de convertir el vehículo en un pasajero más del barco es inferior.
Otra ventaja que tiene viajar de esta forma es la oportunidad de llevar todas las maletas y bultos que se necesiten, ya que no se establece ningún límite de equipaje. Por ello, resulta una opción interesante para las familias que se vean obligadas a transportar un gran listado de pertenencias. Asimismo, en ferry no es necesario estar sentado durante todo el trayecto, sino que a diferencia de otros medios de transporte, está permitido moverse por cualquier zona.
En la actualidad son varias las compañías que ofrecen este tipo de servicio, por lo que si estás valorando la posibilidad de adentrarte en el mar acompañado de tu coche, es preciso que conozcas la documentación necesaria, algunas precauciones que debes adoptar y cómo funciona la dinámica de este tipo de desplazamientos.
¿Qué tener en cuenta para viajar en ferry con el coche?
- En el momento de reservar el viaje en ferry, por norma general es necesario completar un formulario sobre la información relativa al vehículo, como la marca, el modelo o las medidas. Estos datos sirven de base para establecer la tarifa que se debe abonar por transportar el coche, así como para reservar su espacio en la bodega.
- Para evitar contratiempos en el momento de embarcar, es recomendable leer las especificaciones de la compañía para verificar que el vehículo reúne todos los requisitos para que pueda acceder.
- En cuanto a la documentación que es preciso presentar se encuentra el permiso de conducir, los justificantes que acrediten la titularidad del coche, la ficha técnica y la carta verde del seguro. Este último documento constata que el vehículo está protegido con la cobertura de responsabilidad civil obligatoria y es obligatorio en los trayectos fuera de la Unión Europea. Como complemento, siempre es aconsejable disponer de un seguro de viaje para anticiparse a cualquier problema que pueda aparecer tanto antes como durante el periplo.
- Es importante saber que a partir del momento en el que el coche embarca, la responsabilidad sobre cualquier daño que sufra se traslada a la compañía. No obstante, hasta que el vehículo llegue a la bodega, el propietario debe procurar los cuidados y atenciones habituales.
- Aunque los precios son estándar para la mayoría de modelos, en el supuesto de que el coche lleve algún remolque o se trate de una furgoneta o autocaravana, es necesario pagar un plus en la tarifa.
- En los viajes en ferry es recomendable llegar con el suficiente tiempo de antelación para iniciar la travesía de forma relajada. En el caso de los trayectos cortos, basta con presentarse media hora antes aproximadamente, aunque si la distancia es larga, es conveniente llegar una hora y media o dos antes.
- Generalmente, para entrar el vehículo en el barco sólo está permitido que vaya ocupado por el conductor. El resto de pasajeros deben embarcar por los accesos de pasaje, aunque al llegar al puerto de destino es posible que todos los ocupantes salgan de la embarcación en el coche.
- Antes de finalizar el viaje en ferry es aconsejable revisar el estado del vehículo por si presentara algún desperfecto. En caso afirmativo, se debe reclamar el daño a la compañía antes de abandonar el barco.