Saber poner correctamente el termómetro a un perro es algo básico que deben conocer todos los dueños de mascotas. Es una tarea que se debe llevar a cabo cuando el perro está enfermo con el fin de medir su temperatura para suministrarle el tratamiento preciso.
Por norma general, los perros adultos suelen tener una temperatura de 38 grados. Cuando son cachorros el número de grados puede incrementarse hasta llegar a los 39 grados. Además, es bastante común que la temperatura de los perros varíe a lo largo del día en función del ejercicio que haga o de la ingesta de comida que realice.
Consejos para medir la temperatura de los perros
Para saber si un perro tiene fiebre es necesario prestar atención a una serie de síntomas, entre los que destacan el aumento del ritmo cardiaco, jadeos, tiritonas, vómitos, diarrea, pérdida del apetito, somnolencia, etc.
Si optamos por ponerle el termómetro y comprobamos que tiene fiebre, lo más recomendable es consultar al veterinario para que indique el tratamiento más adecuado que debe seguir. Bajo ningún concepto se debe suministrar ningún medicamento al animal sin la correspondiente prescripción del profesional.
A la hora de medir la temperatura a un perro, es preciso utilizar un termómetro específico para este tipo de mascotas que sea de lectura rápida y lo suficientemente resistente para no romperse en una caída o un golpe del animal. Además de tener paciencia y tratar con cariño a la mascota, es aconsejable seguir otra serie de recomendaciones:
- Dado que el recto de los perros es la parte de su cuerpo que mejor representa su temperatura, es necesario introducir el termómetro en el orificio anal. Lo más normal es que el animal no se quede quieto, por lo que la ayuda de otra persona para sujetarlo o distraerlo suele ser necesaria.
- Es recomendable extender un poco de vaselina o de lubricante especial para perros en la punta del termómetro para evitar que esta acción cause algún daño al animal.
- La postura correcta para medir la temperatura de un perro es de pie. Es muy importante que la mascota permanezca en esta posición al menos 30 segundos o el tiempo que sea necesario para que el termómetro registre los grados.
- Una vez finalizada la operación, se debe desinfectar el termómetro con un algodón humedecido en alcohol.
El mejor momento para realizar esta acción es siempre antes de las comidas para que el resultado no se vea alterado por el aumento de temperatura que se produce durante el proceso digestivo.